Los cambios de la economía, el rápido crecimiento de legislación y la complejidad de las transacciones comerciales le han venido exigiendo al mundo nuevos sistemas normalizados de gestión. Con ellos se vienen acumulando procesos y registros que aumentan exponencialmente el volumen de información que deben manejar las organizaciones y a pesar de los adelantos tecnológicos para integrar sistémicamente actividades y miniaturizar la operación el control de los sistemas de gestión es cada vez más difícil en consecuencia se necesitan nuevas formas de dirección y gobierno para proporcionar resultados rentables por la aplicación de los mismos.
Casi todas las empresas privadas y estatales del mundo empezaron, unas antes que otras, hace aproximadamente tres décadas, ese recorrido hacia la implementación de las famosas normas internacionales de calidad al interior de sus organizaciones, desde entonces la afectación del mercado, en todos los sectores, ha sido un hervidero de preocupaciones por certificarse y así conseguir grandes negocios.
De lo que ya se han percatado quienes tienen Sistemas Integrados de Gestión (SIG) en sus organizaciones, es que los cambios acumulativos que los sistemas de gestión, sumados, representan una trasformación gigantesca de las operaciones, las responsabilidades y las autoridades que los sustentan y en consecuencia de nuestro modo de hacer gestión; aunque los sistemas de gestión lograron saltos de enorme magnitud en los negocios y ahora son ricos sistemas de información y conocimiento es también cierto que todo eso se está despilfarrando por la complejidad que los caracteriza.
Por lo anterior, cabe preguntarse ¿realmente se ha añadido valor a la gestión de las organizaciones o solo se aumentaron funciones? La economía agrícola no pensó en los sistemas de gestión y fue rentable. Fue la madurez de le economía industrializada la que los dio a luz y esa economía poco a poco está desapareciendo, recientemente la economía del conocimiento (en desarrollo) los adopto, pero esa economía se pregunta por las evidencias economicas calculadas de su generación de riqueza.
Luego, no se trata solo en pensar en los sistemas de gestión como sistemas sino en los sistemas de gestión como capital de trabajo capaz de adquirir, generar, distribuir y aplicar, estratégica, táctica y operativamente conocimientos para mejorar el negocio ahí está el valor real de los sistemas de gestión hoy en día, es más que certificarse, usarlos para conseguir negocios rápidamente. Estos deben ser capital productivo.
Por eso, ahora se piensa en cambios en los sistemas de gestión que afecten la infraestructura de software para acelerar operaciones y transacciones, sistemas de gestión que provean velocidad y ahorren a escala. Sistemas que funcionen muy deprisa, sistemas con operaciones miniaturalizadas que se traduzcan en riqueza. Todo eso nos hace pensar que los sistemas de gestión de ahora no necesitan profesionales del pasado, escuelas de calidad obsoletas o buenas prácticas para oficios inútiles. Los sistemas de gestión pasaron de tener un simple vínculo técnico y administrativo interno a hacerse dueños de los vínculos económicos entre organizaciones.
Puede que en nuestro país todavía no se sienta esa presión pero, al competir con mercados globalizados, al perder poco a poco mas soberanía, vale la pena preguntarse ¿cómo se situaran las empresas colombianas en esa economía del conocimiento que ya opera en los poderosos países del mundo? Siglos han aferrado a Colombia a una civilización agrícola pero las fuerzas que se imponen amenazan con perturbar a esos tranquilos gerentes que están sentados esperando que todo siga igual.
En esa redistribución mundial del poder por los mercados ¿los empresarios colombianos, y el estado que hará? Esta mas que comprobado que la redistribución de la información se ha convertido en productividad y poder, no obstante, nuestros empresarios siguen modelos agrícolas y los más avanzados, fabriles, sin pensar en otro tipo de operaciones que fomenten el uso de la ciencia.
Aquellos reposados que no quieren asumir riesgos y atreverse a crear tipos de operaciones empresariales basadas en conocimiento renovado para innovar están confiando las tareas de los sistemas de gestión en individuos que no se interesan por hacer el trabajo más deprisa y más barato.
Seria bueno evaluar si existe un posible gobierno inoperante en las empresas colombianas de hoy en día. En ese sentido, creo que debemos agradecerle a los cambios en el mercado, en la complicada gestión y en los clientes ese trabajo que están haciendo para condenar a morir a la burocracia porque es evidente que para competir ya no importa la posición sino la flexibilidad y la maniobra.
Si aquellas compañías que se auto-exigen aplicar sistemas internacionales de gestión a sus procesos para conseguir negocios no se preocupan por generar conocimiento capitalizable con ellos esa exigencia es inútil.
El factor de producción ya no es la materia prima, ya no es la mano de obra o el recurso cualquiera sea su índole, el factor de producción es el conocimiento, un conocimiento al mismo tiempo empleado por los más rápidos que está sustituyendo el tiempo y el espacio.
Ante esa realidad ¿qué están haciendo los administradores de los sistemas de gestión para aprovechar el insumo que tienen en sus manos?
El SGC debería permitir localizar a los compradores con precisión, atender rápidamente los cambios en la demanda, lograr valor añadido, competir innovando con nuevas ideas de proceso, financieras, tecnológicas y por supuesto de servicios y productos.
Me preocupan esos dormidos sistemas de gestión que tienen una escala de operaciones gigante y lo peor, no reciben iniciativas para conformar una escala de operaciones miniaturizada cuando nos estamos dando cuenta que los grandes se están empequeñeciendo para no sucumbir, los pequeños se están multiplicando para competir y porque ya los negocios comprendieron que grande no es igual a mejor. Los grandes se volvieron poco predecibles y muy complicados, pero al mismo tiempo se desplazan hacia modelos de negocio basados en mosaicos de poder con muchos pequeños proveedores bien coordinados.
Ahora necesitamos menos capital que antes para hacer las mismas y mejores cosas, el uso de sistemas de información hace posible ahorros. Los equipos informados reemplazan capital, en otras palabras, la mejor y más rápida información está sustituyendo costosas existencias, componentes y productos terminados, es tanto el impacto de los sistemas de información que las industrias se desplazaron a cero existencias por suministros oportunos gracias al uso oportuno de la información. Eso es solo un pequeño ejemplo de porque el valor del conocimiento sube y porque la creación de riqueza basada en conocimiento está transformando el equilibrio de la gestión.